Tardes de toros
La fiesta de los toros era uno de los espectáculos más importantes durante los días de San Roque y La Virgen, no solo en Hontoria sino en todos los pueblos; lástima que solo en Huerta del Rey se haya mantenido esta fiesta tan tradicional.
Inicialmente la plaza se preparaba con carros en la actual plaza mayor, usando los carros de los vecinos para tapar los huecos de acceso a la misma.
Posteriormente, cuando se hicieron los corrales de los sementales junto a las escuelas de abajo, se siguieron utilizando los carros para completar el ruedo.
Se dejó de utilizar los carros y con tablones se completaba el ruedo partiendo de los corrales de los sementales, que se usaban como toriles.
Yo creo que la `plaza siempre se llenaba pues, a pesar del elevado precio de las entradas, había mucha afición e incluso venían aficionados de los pueblos vecinos.
Con el paso del tiempo y la adopción de medidas de seguridad, se alquilaban plazas portátiles instaladas en las afueras del pueblo.
Si no recuerdo mal, el diestro más afamado que vino a Hontoria fue Antonio Chenel “Antoñete”.
Son muchas las historias habidas alrededor de las corridas de toros en Hontoria; la más triste es la muerte de un niño – Picudito – creemos que en 1.954, cuando jugando entre las ruedas de los carros, le alcanzó un toro.
También tuvimos un novillero –el Mundideo – con más valentía y ganas que acierto; muchos recuerdan su famosa tarde en San Leonardo cuando recibió a “puerta gayola” al primero de la tarde.
Otro momento muy recordado es el del toro que se escapó de la plaza y, después de muchos esfuerzos, le metieron en el atrio de la Iglesia donde la Guardia Civil acabó con él.