Fecha: 22 de diciembre de 1954
Lugar: Puerto de Valencia
Fotografía cedida por: Salomón Ortega Muñoz
Grupo de trabajadores de Hontoria, Navas, La Aldea y Rabanera momentos antes de tomar el barco que les conduciría a la República Dominicana.
La mayoría de ellos se establecieron en la localidad de Constanza.
En esta foto faltan José Navazo (Lobo); Alberto Alonso (Cabezota); Florencio Olalla (Floren), hermano de Gregorio Olalla (27).
Diario de Burgos
Pérez Barredo-domingo, 2 de agosto de 2009
Un burgalés asentado en la República Dominicana desde 1955 denuncia que los labradores españoles llegados allí entonces tras un acuerdo entre los dictadores Trujillo y Franco lo hicieron engañados
La llegada a la República Dominicana de miles de exiliados españoles tras la Guerra Civil no fue el único éxodo que tras la contienda acogió la isla de «La Española». A mediados del siglo XX, la estupenda relación entre los dictadores Trujillo y Franco fructificó en un acuerdo en apariencia estratégico para el desarrollo del país caribeño pero que escondía un objetivo perverso. Así, a partir de 1955 se produjo una segunda oleada de emigrantes después de que, un año antes y durante una visita oficial a España, el sátrapa dominicano se hubiera admirado de la extraordinaria estampa que presentaba el campo español, desde la huerta valenciana hasta las tierras de cereal castellanas.
Rafael Leónidas Trujillo compró el transatlántico «España» y alquiló otros dos buques de grandes dimensiones para evacuar el primer contingente de labradores y hortelanos españoles en enero de 1955 con esta oferta: se daría a cada cabeza de familia una casa y una extensión de hasta 30 fanegas; se proporcionarían los aperos necesarios para la explotación del cultivo; habría para ellos exención de impuestos y podrían regresar a España si así lo decidían por el motivo que fuera corriendo a cargo del gobierno dominicano el pasaje de regreso.
Un total de 756 inmigrantes españoles, la mayoría valencianos y burgaleses más algún canario, fueron los primeros en llegar a «La Española». Les seguirían varios contingentes más hasta alcanzar la cifra de los 4.000. Todos ellos fueron instalados en comunidades rurales: Baoba del Piñal, Constanza, Jarabacoa, Azua, San Juan, Nagüa… Los últimos lo hicieron en mejores condiciones, o al menos más protegidos legalmente, después de que ambos gobiernos firmaran un convenio en 1956.
Con todo, y aunque aparentemente la oportunidad de ubicarse en la República Dominicana tenía algo de Tierra Prometida, los agricultores burgaleses no encontraron más que problemas. Muchos de los poblados en que se asentaron no tenían ni electricidad ni agua corriente; en numerosos casos, las familias estaban obligadas a vivir hacinadas; los aparejos de labranza, amén de rudimentarios, eran casi desconocidos para la colonia española: machetes, colines; el clima se convirtió en un infierno para la mayoría: el húmedo y sofocante calor afectó a un alto porcentaje de emigrantes, principalmente castellanos (los valencianos y los canarios lo sobrellevaron mejor). Burgaleses y gallegos intentaron asentarse en zonas más templadas, caso de Constanza, más proclive a la siembra de cultivos propios de climas más fríos, como la patata.
Lo cierto es que muchos de los que iniciaron aquella aventura regresaron a España decepcionados, sobre todo a raíz de la muerte del tirano, hecho acaecido en 1961, ya que se produjo un vacío legal y una desprotección en la colonia española que se tradujo en la invalidez de los títulos de propiedad de ésta y en un conflicto hostil con el campesinado nativo, que tras años de sometimiento decidió invadir por las malas las tierras de los productores españoles. El gobierno dominicano de transición decidió indemnizar a los colonos con 2.100 pesos, dinero con el que muchos pagaron sus pasajes para regresar a España y sólo unos pocos emplearon en adquirir tierras para continuar explotándolas sin moverse de allí.
Independientemente del fracaso de la empresa, la impronta de los agricultores españoles dio sus frutos. El campo antillano recibió los aportes en materia agrícola y hortícola por mano española para que se implantaran con acierto cultivos como el arroz, la patata, la cebolla y el ajo. En la actualidad, la comarca de Constanza, donde principalmente se instalaron los burgaleses, es considerada hoy una zona modelo de la producción agrícola. Los españoles que se quedaron son hoy, en muchos casos, exitosos empresarios agrícolas.
Purificación de la raza
Hace unos pocos meses, la comunidad española de Constanza, integrada por doscientas personas, manifestó por medio de uno de sus portavoces la realidad que, a su entender, escondió desde el principio aquel trasvase de agricultores entre España y la República Dominicana. Este hombre, Manuel González Chavalo, natural de Burgos, donde pasó su infancia y juventud según declaró a la Agencia Efe, denunció que la realidad con la que se encontraron al llegar era otra muy diferente a la propagada entre ambos países. Que la verdadera intención de Trujillo era que el contingente de españoles procreara refinar y purificar la raza con el fin de frenar la negritud de la población dominicana impulsada por otra emigración: la procedente de Haití, país con el que comparte frontera el país dominicano.
No es de extrañar que esta fuerza la oculta y siniestra intención de El Chivo, toda vez que durante su gobierno éste ordenó exterminar al menos a 20.000 haitianos, un genocidio brutal. Esa operación de blanqueo a la que se refiere el emigrante burgalés era ordenada, señala, por los propios dirigentes del régimen dominicano, quienes instaban a los españoles a tener hijos entre sí y no con mujeres nativas. «La gente de la dictadura nos pedía que nos casáramos entre nosotros, es decir españoles con españolas». La herencia genética del municipio de Constanza no deja lugar a la duda: apenas hay mulatos, y la mayoría guarda bien parecido con el español.
Así, la verdadera política migratoria trujillista respondió a la idea de importar blancos al país caribeño, eminentemente negro o mulato con la finalidad de blanquearlo más que de aprovechar los conocimientos agrícolas en una nación con un déficit evidente en este ámbito. A pesar de ello, el dictador dominicano consiguió ambos propósitos, pero a medias, ya que sólo unos pocos españoles (se cree que menos de un millar) se quedaron en la isla. Sin embargo, Trujillo insistió en su política racial, consiguiendo atraer a comunidades de judíos, apestados durante la II Guerra Mundial, y de numerosos húngaros que lograron escapar del yugo comunista en 1956 en similares condiciones a los españoles que lo hicieron huyendo de la España franquista.
10 Comments
La fecha está equivocada: fue en 1954.
Ya está corregido.
Salomón
Hola, soy Rodrigo Pérez Barredo, autor del reportaje que han incluido en esta entrada. Estoy muy interesado en esa magnífica fotografía del puerto de Valencia. Querría ponerme en contacto con quien la ha colgado. Creo que es material más que suficiente para otro reportaje sobre aquel singular acontecimiento. Un saludo
Hola Rodrigo, mi nombre es Salomón Ortega y he documentado esta foto en el portal «Pueblos con Historia».
Veo que trabajas en el Diario de Burgos; yo soy de Hontoria del Pinar.
Mi dirección de correo es salomon.ortega.munoz@gmail.com.
Mi teléfono es 609 13 06 48.
Me gustaría charlar contigo sobre este proyecto.
Un saludo
Hola RODRIGO,
Acabo de ver el mensaje. Esta foto está relacionada con el reportaje que sacaste en el diario el 20 julio 2010 a Alfonso Llorente que también aparece en la foto del puerto de Valencia
Un saludo
Buenas tardes Ana, Soy Salomón Ortega de Hontoria; soy el administrador de esta página y espero que te guste.
Conozco a Rodrigo (Diario de Burgos), estuvimos con él en septiembre y está apoyando este proyecto; nos hizo un bonito reportaje el 27 de septiembre del año pasado.
Si quieres, tu misma puedes subir fotos de Hontoria.
Un saludo.
Salomón
Hola Salomón y Rodrigo, les escribe Julia Muñoz Alegre, periodista Dominico-Española, nieta de un Burgalez que llegó supuestamente en el 1955 en un barco llamado Auriga a República Dominicana. Me interesa ponerme en contacto con ustedes. Actualmente estoy en Santo Domingo y próximamente estaré rodando un documental sobre este tema. Correo: munozalegre@gmail.com y +18099157887
Hola, yo tengo la misma foto pero del segundo viaje de Españoles a Dominicana. Salieron en Marzo del 55 y llegaron en Junio, por problemas en el trayecto.
Esta foto es del primer viaje en el vapor España. Mi abuelo, Urbano Alegre, vino en el segundo viaje, es una foto similar en el puerto de Valencia.
Además conocí a un tripulante hace pocos años, quizás el más joven del barco que aún vive. Es un canario de nombre “Ángel”. Llegó con 18 años en el 55.
Tengo muchas informaciones de estos viajes.
Hola, en la primera foto en medio del 23 y 24 esta Floencio Olalla de Miguel. Mi padre.
Hola Mercedes, creo que tu padre, Florencio, no está en esta foto. Tambien falta algún otro de Hontoria.